lunes, 17 de junio de 2013

Revocatoria o revancha
Aníbal Arévalo Rosero

No hace falta buscarle la comba al palo; no hay peor ciego que el que  no quiere ver. El alcalde Gustavo Petro, más que desaciertos, lo que ha hecho es generar beneficios en favor de la población más necesitada de la capital, como el mínimo vital gratuito en el servicio de acueducto; devolverles a los recicladores y las empresas públicas del distrito la posibilidad de recuperar el manejo de las basuras, entre otros.

En varios municipios de Colombia se ha querido hacer la revocatoria del mandato a sus respectivos alcaldes, pero esas iniciativas han quedado sólo en eso: en intenciones. Hasta el momento no se ha logrado estrenar esa figura jurídica. El caso de Gustavo Petro es el más visible y el más controversial. Pero, ¿hasta dónde son intenciones verdaderas de una política altruista y hasta donde de impera el revanchismo?

La respuesta más evidente está en la negativa de la bancada mayoritaria del concejo de Bogotá de no querer aprobar el POT, un proyecto ambicioso que según una de la concejalas, que apoya las políticas públicas del alcalde Petro, dicho ordenamiento territorial beneficiaría a las mayorías, haría de Bogotá una ciudad sostenible, pero que quienes se oponen son los grandes magnates de la construcción, a quienes les interesa priorizar su rentabilidad sin pensar en el ambiente ciudadano.

Recordemos que el alcalde capitalino tenía un mega proyecto de trazar la Avenida Longitudinal de Occidente –ALO-, con espacios que beneficiarían a las personas como tal, con amplias alamedas,  calzadas que permitan ágilmente el desplazamiento de los vehículos de un extremo a otro de la ciudad y con características de un gran parque longitudinal con rica vegetación. Pero qué sucedió, los emporios de la construcción hicieron uso de cuanto micrófono se les cruzaba para hablar de la inviabilidad de dicho proyecto.

No hace falta buscarle la comba al palo; no hay peor ciego que el que  no quiere ver. Los interese políticos saltan a la vista. Lo del tren rápido para Bogotá y el tren de cercanías, mega obras que contribuiría al despegue hacia el progreso de Bogotá, recibieron todas las críticas y oposición sólo por provenir de un personaje de vertiente izquierdista y sensato, como lo es Petro.

Pero el propósito fundamental es acabar con el gobierno de esa seguidilla de mandatarios de izquierda que hace buen tiempo lideran en la más importante área administrativa del país. Y es que los mandatarios de derecha o de extrema derecha no han podido asomar siquiera sus narices, amén de lo sucedido con el predecesor de Petro, que éste último lo denunció a pesar de haber sido del mismo partido.

Nos quedaríamos cortos, necesitaríamos mucha tinta y mucho papel para mostrar tantas artimañas que se tejen a fin de ponerle la zancadilla a Petro. Recuerdo muy bien las declaraciones de un empresario que lazó una propuesta que llamaba a sus similares a que hagan aportes económicos con el fin de no dejarlo gobernar. ¿A caso el único vive o visita Bogotá es el alcalde?

Capítulo aparte es el tema de devolverles a la empresa pública y a las cooperativas de recicladores la recolección de las basuras en poder de 6 empresas privadas, donde se beneficiaban reconocidos miembros de la rancia política nacional. Desenfundaron una campaña mediática sin precedentes.

El hecho es que si bien jurídicamente la revocatoria es viable, políticamente, no. Por tratarse de una convocatoria atípica y porque los antecedentes así lo dicen. Petro se queda y les dará una gran lección a sus detractores.

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